La flor del pensamiento te invita a plasmarla en un papel, en un lienzo, en una tela. Es una flor que siempre me ha sorprendido el tiempo que se mantiene mostrando todo su esplendor para todo aquel que admire su belleza.
Cuando bordé estas hojas, tuve que estar muy concentrada, sobre todo en los perfiles para que no sobresaliera uno más que otro. la armonía en la forma, y en los colores. No sé muy bien por qué, pero ahora las flores y las plantas llaman a mi puerta, puede ser por los paseos que me doy todas las mañanas por el bosque, antes de que amanezca con mis dos machos, jajajaja (mi marido y mi perro). Ese olor de rocío, los pájaros que nos acompañan en todo el paseo, el silencio de los árboles, las plantas que me llaman para que las observe, y el agua que cae sin tregua por la pendiente de la cascada.
¡Cómo no inspirarse con esa bienvenida que me regala a diario la naturaleza!
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