11 de julio de 2024
Buenas, aquí de vuelta. Esto parece que es así. Idas y venidas. Parones y arranques. Visibilidad, invisibilidad… como la vida misma, contrastes.
El motivo de la ida, parón, invisibilidad tiene un por qué, Redes Sociales. Te confieso que es algo que me agota, me supera. No entiendo esta forma de ser visible, de arrancar y de ir por la vida. Algo que escapa a mi control, yo, que soy la madre del control, no encuentro la manera de hacer para que alguien me atienda, me dé una solución.
Te cuento todo esto porque hace unos meses la red en la que estamos la inmensa mayoría de seres humanos que habitamos este planeta, Instagram, decidió de la noche a la mañana hacerme invisible, añadido a que Facebook me ha sentenciado a las catacumbas, ya no existo.
Parece ser que incumplí alguna norma de privacidad. Además de todo esto, ya no sé qué pensar, recibí un correo, supuestamente de Facebook en el que me comunicaba que un Feed tenía que ser supervisado y que introdujera mis datos, yo que soy muy obediente y además asustadiza, enseguida los di. Ahora ya no sé si fue una estafa, creo que tiene otro nombre o fue Facebook, el caso es que no sé qué pasó y que no tengo forma de encontrar la manera de hacerme oír por una persona, solo pido una persona, que me atienda de este desaguisado en una de estas grandes plataformas, que creo que son lo mismo.
Bueno, pues eso, que soy invisible, tiene un nombre “shadowban” eso es lo que soy.
Pero también soy madre, por lo menos algo bueno he hecho. Pongo esta foto que no soy yo, es una tía mía con sus tres retoños, para simbolizar lo que es crear, sea un hijo, un proyecto, una obra de arte, todo lo que salga de uno mismo y lleve el sello de lo genuino.
Que no se nos olvide quiénes somos, por muchos “shadowban” que nos quieran imponer.
Lo invisible para la mayoría se hace muy visible para los s que quieren ver