Mantel

Un día se despertó de un sueño en el que había sido una madre dedicada cien por cien a la crianza de sus hijos, aunque bueno la curiosidad no dejó de acompañarla y siguió estudiando y aprendiendo todo lo que su instinto le iba dictando. Se encontró con que el tercero de sus hijos se independizaba, ahora quedaban de los cinco hijos, dos en casa. El hijo organizó una cena en su nueva casa, fueron todos a cenar, la abuela también se apuntó menos el mayor que andaba en tierras lejanas de Asia, y la madre ilusionada con la nueva vida de su tercer retoño le compró un mantel como regalo para estrenar su nueva casa.

El mantel no tenía nada, era una tela blanca con forma cuadrada, pero no encontró otro mejor en ese momento, para compensar también le regaló unas copas de vino. LLegaron a la nueva casa, todos emocionados, abrazos, risas, curiosidad por ver la nueva casa, y llegó la hora de los regalos, al abrir el paquete donde se encontraba envuelto el mantel, la madre le avisó diciendo que era un mantel soso porque no había encontrado otro mejor, así que el hijo le propuso que bordara ese mantel, la madre se emocionó y aceptó de buen grado la propuesta del hijo.

El mantel se guardó en espera a ser bordado, y a ratos la madre lo bordaba, en principio pensó en bordar unos pájaros, a ella le gusta bastante bordar pájaros, pero una vez que tenía bordado unos cuantos no la convencieron y los deshizo. Dejó sus manos libres, sin dirección y estas eligieron hilos azules y comenzaron a bordar pequeños peces en las esquinas del mantel hasta que llegaron nadando al centro y se bordaron en grandes peces. LLegó el cumpleaños del hijo y el mantel estaba listo para ser regalado por segunda vez y así fue la historia de la madre que un día despertó de un sueño en el que sus hijos eran pequeños y al despertar se encontró con hijos que viven solos y tienen manteles bordados por su madre.

Colorín colorado el cuento de la madre y el mantel bordado ha acabado.