Aprender a bordar

Aprender a bordar, me gusta bordar, pero nadie me ha enseñado, ni en mi familia, ni el colegio, ni mis amigos, nadie me enseña y quiero aprender. ¿Qué pasa con los oficios, llamados del pasado?, en su tiempo tuvieron una utilidad, poniendo como ejemplo esta técnica milenaria como es el bordado, en el pasado se utilizaba principalmente para bordar sábanas, mantelerías, delantales, bolsas de pan, camisones… y poco más. El bordado al igual que otras formas de hacer, de crear ha dado un giro, pero no un giro pequeño, no, un gran giro, y ahora toda la persona que quiere saber de esta técnica, que le llama, quiero aprender para compartir con los demás y para sí mismo. El arte es el principal motor que lleva a la persona que coge el hilo, la aguja y la tela, a veces el papel, como me está pasando a mí actualmente, a crear con diferentes puntadas todo un abanico de posibilidades.

En esta nueva forma de llevar a cabo la técnica del bordado, entra todo y entramos todos, es decir, al igual que en el pasado sólo se utilizaba para los ajuares, hoy en día también se multiplican las manos que lo trabajan, las mujeres ya no son las únicas, al menos en nuestro país y también dependiendo de qué tipo de bordado, porque sí es verdad que para el bordado religioso las manos de los hombres también lo trabajan, pero yo hablo más de lo cotidiano, del día a día, de los ciudadanos de a pie, ahora y doy gracias por ello, también quieren aprender los niños, indistintamente del sexo al que les han dicho al nacer que pertenecen, y los chicos jóvenes y no tan jóvenes, las chicas jóvenes y no tan jóvenes, y así vamos sumando, ¿por qué esta revolución borderil? porque la gente que lo ha probado o lo ha visto hacer, siente como una tranquilidad interior, y es eso, una llamada.

Hace poco vi una pintada en Granada que decía «No des puntada sin hilo», pues eso coge tu aguja, tu hilo y dale puntadas a tu vida, pero de colores.