Punto de espiga oblicuo

13 de enero de 2022

Fui esta mañana a mi cita quincenal con mis amigas del club de lectura. Te lo comenté ayer. Hemos pasado la primera hora hablando de nuestros asuntos, comentando cómo se siente cada una y la última hora la hemos dejado para el libro. Hay libros que invitan a la lectura grupal y este es uno de ellos, pienso que si no fuera por este grupo quizás yo sola no lo habría leído nunca, ¿por qué? porque salen temas que invitan al diálogo y si lo lees sin compartir con nadie no sé hacia dónde volarán esos pensamientos no dichos.

¡Ah! el paseo, es otro de los temas que ayer comenté que haría hoy. Bien, el paseo no ha podido ser a primera hora de la mañana porque aún sigue siendo de noche, así que hemos dado el paseo después de comer. Hemos ido mi esposo, (me hace gracia esta expresión) un inciso, y luego sigo, es que he recordado que una amiga mía de hace muchos años cuando se casó hablaba de su pareja siempre como «mi marido» la gracia de esto es que yo conocía a «su marido» el mismo tiempo que hacía que la conocía a ella, pero el hecho de haberse casado con él dejaba de tener nombre propio para convertirse en «su marido» cada vez que hacía referencia a él. No sé me hace gracia…

Bueno, hemos ido Juan, mi hijo Juan (repetimos nombre, otro día te contaré la historia de los Juanes en mi familia), Nilo y yo. Los cuatro tan ricamente y ha sido un paseo de recargar pilas. Hacía mucho que no me recargaba en la naturaleza, es tan renovador… mañana pienso repetir.

Hoy toca «punto de espina oblicuo». Este punto es interesante, ya sé que esta expresión es la típica que se dice cuando no sabes qué decir. Es un punto que requiere en principio atención plena, como mindfulness, para saber dónde entra y sale la aguja y cree una armonía, en serio, es importante esa atención. Sirve para bordar motivos vegetales, corales marinos…

Hasta mañana.