Ya sé, mi cuadrado no tiene las medidas exactas para que dicha figura geométrica se de, parece ser que no es sencillo de calcular. Este dilema viene de atrás, los griegos ya empezaron a romperse la cabeza pensando cómo encontrar la manera de que un círculo tuviera la misma área que la del cuadrado. Bueno, yo no voy a entrar en resolver dicha ecuación, parece ser que aún hoy se sigue dudando de esta posibilidad.
La mente racional, analítica y la mente intuitiva, la que abre otras posibilidades. Si te enseñan desde pequeño que algo es imposible de realizar, probablemente se convierta en una ley infranqueable para tu día a día, y así limitarás ciertas conductas por ese hecho, esa advertencia.
Ayer fui al cine, hacía mucho tiempo que no iba, sin contar el confinamiento como pretexto para no haber ido, pero no es el caso, sumo tiempo antes del confinamiento más los tres meses reglamentarios de «quédate en casa», bien pues ayer fui, y sin entrar en valorar cómo me sentí con la «nueva normalidad», vi una película que se llama «Tenet» y ahí el cerebro derecho tiene que trabajar a lo bestia, no hay tregua, como intentes razonar todo lo que la película te está contando, te entra ansiedad como le pasó a mi chico. Fue comentario de risa al salir del cine. En fin, que igual, me da que pensar con esta «nueva vida» que aún no es nueva del todo, quizás vayan por ahí los tiros, los de la película no, que ya aviso que hay muchos, sino por dónde podemos empezar un nuevo camino, abrir todos los sentidos, más allá de los cinco, porque tenemos unos cuantos más y barajar posibilidades futuras desde el presente que ya es pasado.
El cuadrado en el círculo, con puntos de bordado por supuesto, que es lo mío, y ver diferentes formas dentro de otras formas, que por parecer imposibles de antemano no vayan a ser realizadas. Abrir, estar, presenciar…