26 de enero de 2022z
Punto de acolchado (o de Bolonia). Así presenta el libro “Mi cuaderno de bordado” de Marie Suarez este punto. Se trabaja con dos hilos de diferente color para que se vea bien su diseño. El punto que queda debajo ha de ser más grueso, aunque yo en otras ocasiones he utilizado el mismo número de hilos para el que está debajo y el que queda arriba, y el resultado es correcto.
Me he ido de la explicación para contar mi experiencia con este punto, como iba diciendo, el punto que queda debajo ha de ser más grueso y las pequeñas puntadas que lo sujetan por encima han de ser con un hilo menos grueso, y de diferente color.
Cuando he utilizado este punto lo he hecho para bordar el tronco de un árbol y te confieso que queda espectacular, lo puedes hacer incluso con un mismo hilo, es decir, un mismo color para el que queda por debajo y el que queda por encima. No es tanto la diferencia de grosor o de color sino el efecto del punto.
Me he dado cuenta que he utilizado bastante, en este artículo los adverbios “encima” y “debajo”. Me pregunto si yo me siento por encima de… o por debajo de… está claro, por debajo de…, pero ¡espera! me diría cualquier persona positiva de la vida, noooooo, así nooooo, has de sentirte siempre por encima, y no por debajo, este último te debilita, te anula y te hace sentir nadie.
Pienso en este punto, el que queda debajo es más grueso que el que queda por encima, ¿será que es más humilde y no necesita destacar tanto?, paradójicamente el más delgado es pequeñito, y separado uno de otro, además ha de apoyarse en el que está debajo para destacar…
No digo más, te dejo pensando en esta posibilidad.
¿Por encima? o ¿Por debajo?
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