La pintura y el bordado. La pintura y la escritura. El bordado y la escritura. Así sucesivamente se van concatenando (me gusta mucho esta palabra) diferentes técnicas artísticas. Las tres me valen. Unas veces caminan solas, no quieren compartir, quieren destacar o todo lo contrario esconderse. Otras veces están más sensibles y reclaman compañía. Hace mucho que iban caminando cada uno por su cuenta, pero esta semana decidieron unirse, no por parejas sino por tríos.
A mi me gusta cuando trabajamos las cuatro juntas. Disfruto de cada una de ellas, porque cada una se me muestra tal como es, y pueden trabajar muy bien juntas, no hay piques entre ellas, a veces una de ellas se resiste, y entre todas la animamos para que colabore. Hace mucho que la escritura se encerró, no quería salir, se sentía insegura, ya sabes esos pensamientos que nos invaden y nos dejan sin aliento, pero la pintura, el bordado, es chico, sí, pero cuando estamos juntos él se transforma en femenino, así no tenemos que hacer lo que no está reconocido por la norma, y que todos los políticos y no políticos hacen, que es decir ellos y ellas, nosotros y nosotras, los ciudadanos y ciudadanas, bueno pues lo que iba diciendo que cuando trabajamos juntos, decimos trabajamos juntas, y el bordado está encantado que lo incluyamos en el género femenino, no hay ningún problema ni ningún problemo…
Se me fue el hilo, iba diciendo que la escritura estaba escondida y la pintura y el bordado estaban preocupados, sí, es verdad que a veces necesitan un poco de soledad, pero ya se estaba alargando demasiado, así que vinieron a contarme su inquietud, y decidimos recordarle otros momentos en los que trabajamos las cuatro y lo bien que lo pasábamos. Así lo hicimos y se le quitó en un santiamén toda la tontería, aquí está el resultado de la colaboración. La pintura no es mía está dentro de un libro maravilloso de láminas y pinturas sobre plantas.
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