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Tres eran tres

“Tres eran tres las hijas de Elena, tres eran tres y ninguna era buena”.

Refranero popular, dicese peyorativamente de aquellas personas que intervienen sin brillantez en un mismo oficio u ocupación.

Estos tres arbolitos intervienen en el oficio del bordado pero podría decirse  sin brillantez, ya que no hay ningún punto específico de técnica de bordado, más allá de unas líneas con punto hilván. Así vamos decidiendo y etiquetando categorías según técnicas y oficios. El bordado actual no tiene mucho que ver con el bordado de hace sólo un siglo. La técnica del bordado ha evolucionado hacia el arte, no por ello deja de ser arte esas increíbles mantelerías, sábanas, almohadones… que aún hoy gracias a esas manos artesanas con conocimientos ancestrales siguen bordando. Espero y deseo que siga valorándose ese trabajo.

Es verdad que el bordado ha dado un giro en estos últimos años. Con el poso que ha dejado todo ese saber del pasado se han reinventado los puntos y ha dado un giro inesperado llevando el bordado al llamado arte textil contemporáneo. Cuando me preguntan a qué me dedico, y mi contestación es -Soy bordadora, aún hoy la gente piensa que bordo lo que siempre se ha venido haciendo, todavía no se conoce del todo este giro que ha dado el bordado.

A veces siento que no se me entiende cuando intento explicar lo que hago, porque las caras son como de -No entiendo nada de lo que me estás hablando y las respuestas son -Ah qué interesante…, vamos lo típico que se dice cuando no sabes qué decir.

Otras veces cuando me preguntan cuál es mi profesión digo que soy madre de cinco hijos y sólo hay una respuesta -Qué barbaridad!, y la conversación se da por terminada.

Pero lo que nos interesa en este caso es el bordado y este en concreto que he publicado. Son restos de hilos que voy cortando según voy trabajando y para aprovecharlos, algunos no todos, creé este trío. Seguramente que los más ortodoxos del bordado digan que eso no es bordado, los más ortodoxos del arte digan que eso no es arte, los más ortodoxos de… dirán igualmente lo que ellos consideren.

Así que no sé dónde está la frontera de lo que es y no es, al final como todo en esta vida, depende del cristal con que se mira.